
Antes que nada agradecerles infinitamente a todos los que estuvieron pendientes de nosotros, nos hicieron llegar su apoyo y sus felicitaciones a través del querido foro, gracias especiales a Pau que estuvo al tanto de todo y brindando información para que todos se enteren lo que iba pasando. Desde allá ni nos imaginábamos lo pendientes que estaban.
No puedo olvidarme agradecer a todos los que hicieron posible disfrutar por segunda vez esta experiencia increíble, tanto los que fueron como los que se quedaron.
No puedo olvidarme agradecer a todos los que hicieron posible disfrutar por segunda vez esta experiencia increíble, tanto los que fueron como los que se quedaron.
.:. El Viaje .:.
Como el año pasado, la aventura comienza en Retiro y termina en Retiro (para los que nos vamos en colectivo y en grupo), ya se empieza a disfrutar y las 14 horas del viaje se hacen horas de risas, planteos, decisiones, promesas y exigencias del grupo a los atletas y viceversa, en nuestro caso siempre a modo divertido, aunque más de uno se lo tome en serio.
Llegamos a San Juan el miércoles a la mañana y nos acomodamos en el querido Cantoni, vimos con triste nostalgia que la estación de servicio que tanta contención nos había dado el año pasado estaba siendo demolida. No tardamos mucho en vendernos de Esso a YPF, aunque quedaba un poquito más lejos tenía onda, pero no mística.
Almorzamos en la esquina frente a la plaza, otro clásico, El Super Domo, y otra vez tardaron más para hacer la cuenta que para hacer la comida para los 10 que éramos. Todo seguía igual, y nosotros con el mismo entusiasmo y ganas que el año pasado.
Ya había ambiente en San Juan pues nos cruzamos con los chicos de Mix Urbano, más tarde, luego de la religiosa siesta (en San Juan te pueden multar si te ven por la calle a dicha hora) salimos a "aflojar" las piernas por LA plaza. Como siempre algunos "aflojaron" más que otros e incluso algunos hasta aflojaron otras cosas. Ahora si era un típico post entrenamiento previo al cruce, Platini, Mix Urbano y hasta Tomás (Viento Zonda) estábamos rehidratandonos y "mintiéndonos" entre todos sobre las expectativas, a qué venía cada uno, cómo se sentía, etc.
Y a la nochecita... si la "Reunión de delegados". Como siempre, los Riveros con su acento y formas graciosas de decir las cosas, nos informaban que se habían superado a sí mismos y que, con la mitad de los equipos y el doble de la plata que el año pasado habían podido desorganizar más aún el Cruce de los Andes.
La gente que venía por primera vez los peloteó a preguntas, los más experimentados ayudaron a despejarlas y de paso dejar claro que la organización empeoraba... pero igual me siguen cayendo simpáticos los Riveros y la desorganización, y bue... ya la asumí como parte de la carrera y está en la balanza para la decisión, pero... no le hace ni peso a la experiencia combinada de conocer gente, disfrutar con amigos, estar en la inmensidad de la Cordillera y correr Maratón en equipo.
También como siempre, y aunque el reglamento diga lo contrario, nadie supo nada del equipo de San Juan y menos del de Chile, pero ésos son detalles. Ya estaba todo listo para meterse aún más en la carrera, ya cada uno sabía como llegaría a su lugar en la competencia.
Jueves a la mañana, con tiempos sanjuaninos (a las 8 significa a las 10.30) partimos hacia la Cordillera, la mayoría en combi y algunos otros en auto particular, otros más llegarían al día siguiente. El viaje ya es uno de los primeros momentos en dónde se comparte y mucho con todos los equipos, además ya nadie tiene nada que ocultar y se está pasando por cada una de las etapas con la combi. No se paran de escuchar comentarios del estilo: "uy, mirá la subida que tenés acá" y preguntas de dónde termina cuál etapa y empieza la siguiente.
Aquí ya se empiezan a bifurcar las historias personales si no es que ya lo hicieron antes. En mi caso ésta vez el viaje era cortito, me tocaba alojarme en Bella Vista, un pueblito muy chiquito, con LA calle principal y UN cruce, que estaba situado a 4 Km de Iglesia, pueblo que recibiría a la etapa 4 y despediría a la 5, etapa que era mi desafío para este año. La 4 para Platini la iba a estar enfrentando El Loco Giuliani, y viviríamos juntos en una muy cómoda cabaña que nos brindó la organización.
Al llegar a Bella Vista nos encontramos con muchos amigos que ya estaban hace varios días, Juan Soto (Mix Urbano Etapa 5) y Hugo Leguizamón (Mix Urbano Etapa 4) con sus respectivas familias y también con Marcela Pensa y Pablo Fernández (Etapas 7 y 9 de Mix Urbano respectivamente), ellos dos subían a la combi y seguían viaje mientras que El Loco y yo ya llegábamos a nuestra base, era Jueves al mediodía, la carrera se largaba el viernes a las 18 y nosotros correríamos recién cerca del sábado a la mañana.
A la misma hora que nosotros pero el viernes, llegarían los dos corredores del Palermo Team junto con todo el equipo que los pasaba a dejar, Silvia (con su nena) y Marcelo. La convivencia, tanto con El Loco con quien disfrutamos de almuerzos, mates con pan casero y extensas charlas y breves fondos, como con Silvia y Marcelo resultó excelente y pudimos realmente descansar, alimentarnos y preparar la mente y el cuerpo para lo que venía, que no era poco.
Lógicamente, cada uno se toma el Cruce y su carrera como quiere, pero resultó que con el Loco compartíamos una "seriedad" al encarar la competencia que nos ayudó a que mutuamente hagamos las cosas bien en la previa y sin ningún tipo de cortocircuito.
Debo decir que encontré en El Loco una persona muy exigente consigo mismo, anisoso por momentos, que se toma las cosas con seriedad pero a su vez sabe reirse de sí mismo y que se hace querer por cualquiera que comparta algunos momentos con él.
Silvia y Marcelo fueron excelentes compañeros de "bunker" y espero que hayan disfrutado la tranquilidad de Bella Vista, tanto como yo, así también como espero que las charlas previas sobre el Cruce los haya ayudado en algo.
.:. La Previa .:.
Pero tanto entrenar, tanto descansar, tanto planear las cosas hacía que la ansiedad por la carrera sea cada vez mayor, ya no había más nada que hacer, sólo esperar el momento, pero parecía que faltaba tanto... ya ni sueño teníamos. Finalmente nos quedamos dormidos, le dije al Loco que cuando lo pasen a buscar me despierte.
Cuando llegan a buscarlo al Loco nos enteramos de las primeras noticias, la carrera se venía desarrollando con todos los equipos firmes, pero algo atrasada, le deseé éxito al Loco y me fui a dormir un par de horas más.
Ocho en punto de la mañana nos despierta (a Marcelo y a mí) el muchacho de la organización que nos venía a buscar. Por fin la hora había llegado, lo primero que hago es preguntarle por la etapa 4 y me anuncia que el Platini viene por el kilómetro 30 con mucho ventaja sobre el segundo, qué mejor manera de despertarse!
Llegamos a Iglesia y nos encontramos con Chaco (delegado a quién todavía no habíamos visto) y con todos los corredores de las etapas 1, 2 y 3. Efusivos reencuentros y felicitaciones para los que ya habían cumplido con sus equipos y a preparar el avituallamiento, entrar en calor y demás.
Me encuentro con Pablo de la Línea de los Atletas y charlamos un rato, sólo lo conocía de vista, me pareció muy piola y me entero que van a transmitir la carrera, me pone muy contento y le pregunto por los tiempos oficiales de las etapas anteriores. Me entero también que al final de la etapa 1 y principio de la 2 se largó una tormenta que obligó a la mayoría de los corredores a refugiarse por unos momentos hasta que calme.
Éramos 4 los que ése día nos atreveríamos a enfrentar a la Cordillera desde Iglesia, Juan Soto (MU), Marcelo Collia (PAT), el sanjuanino (que tenía el récord de la etapa anterior, o por lo menos eso me enteré instantes antes de largar) y yo.
Había analizado la dureza de mi etapa y mi preparación previa y teniendo en cuenta la pendiente (subía 960m en 42 kilómetros) me animaba a soñar que podía intentar el récord de la etapa (3:17:29 - 4:41 min/km), la única incógnita que tenía, era la altura correría desde 1960m hasta 2920m aproximadamente, significativamente más arriba que el año pasado.
De todas maneras el plan de carrera iba a ser totalmente flexible analizando las condiciones del día, saldría abajo de 5 y me iría probando a lo largo de los kilómetros.
La temperatura se presentaba se presentaba perfecta para correr, pero como íbamos a entrar en un valle tomé la precaución de llevar gorra para cuando salga más el Sol.
Con todo listo, diviso a lo lejos al Loco en embaladísimo sprint entrando a Iglesia y no pude contener mi alegría, se lo merecía de verdad y haber compartido toda la previa con él me hacía sentir más aún la felicidad que él tendría de estar ganando su etapa. No pude larga sin antes felicitarlo y como no lo pude abrazar le di un beso en la bocha, uy, estaba transpirado y bue...
.:. La Carrera .:.
Largué tranquilo y cómodo y enseguida estábamos codo a codo con Juan liderando la carrera, hasta salir de Iglesia son aproximadamente dos kilómetros y luego ya es una ruta sin mucho a los costados que empieza a mostrarnos sus dientes, subidita tras subidita entre ellas seguíamos subiendo pero más levemente.
En mis 9 puestos había planeado 6 con Gatorade y 3 con geles (10, 20 y 30), los Gatorade de 500ml los dejé llenos pero pensando en tomar algo así como la mitad. De entrada en el primer puesto mantuve en la mano la botellita hasta terminarla y eso era lo que iba a hacer hasta el final, no estaba planeado pero la sed del momento así lo requería, además el estómago no se quejaba.
Llegando al kilómetro 10 entrábamos en otro pueblito llamado Las Flores que tenía para ofrecernos algunas cuestitas algo más empinadas y largas, llegamos al mismo en algo así como 47 min, ritmo de récord.
Fue emocionante entrar al pueblo en la punta de la carrera ya que el patrullero que venía haciendo de auto guía encendió sus sirenas para que la gente salga a alentarnos, preciso momento en que aparecía el segundo puesto y yo me tomaba el primer gel de la carrera.
Con tamaña ayuda externa, no pude hacer otra cosa (incoscientemente) que mantener el ritmo aún en subidas algo empinadas. En este momento me empiezo a separar lentamente de Juan a quien miro varias veces como diciéndole vení no te quedes sigamos tirando juntos, no quería aflojar porque iba muy cómodo y me parecía que no había cambiado mucho mi esfuerzo.
Enseguida en escasos dos kilómetros ya estábamos dejando atrás Las Flores, había algo que me carcomía la cabeza y que, sabía, me la iba a carcomer hasta el final, estaba seguro que el sanjuanino salió tranquilo midiéndonos y a partir del 30 iba a estar agazapado esperando el momento de dar el zarpazo mortal. pero yo tenía que hacer mi carrera, quería hacer mi carrera, de todos modos hagan lo que hagan los demás yo iba a dar lo mejor de mi kilómetro a kilómetro.
Sabía que en el 14 cruzaría la Aduana Argentina para luego internarme en el valle que me atraparía los siguientes 32 km hasta llegar a, la siempre visible en el fondo, Cordillera. Me hubiera gustado llegar a esa parte con Juan y compartirla ya que parecía durísima para encararla solo, pero la carrera se había dado así y yo no pensaba aflojar. Todavía estaba en ritmo de récord.
Enseguida noté algo preocupante, se veían mucho más que un kilómetro hacía adelante y yo no veía ni una pista de lo que debía ser el 3re puesto de abastecimiento. Este tramo de la carrera se hizo una constante espera del puesto, si hasta me di vuelta varias veces esperando que alguna camioneta de la organización me pase pero nada, en una de esas nos hicimos entender con Juan que ninguno sabía que había pasado con el puesto.
En eso me pasa un auto en contra y saludo, a lo que para y se baja un fotógrafo que inmortaliza el momento, debe estar buena esa foto, ojalá la consiga, pero no nos vayamos de la carrera.
Decidí e hice un pacto con mi cabeza que no se vaya de la carrera porque un puesto no estaba que no me iba a afectar y que estaba dentro de las posibilidades, no muy convencida aceptó y seguí corriendo a ritmo.
Por fin llega el puesto, ya muy cerca de lo que parecería el km 20, me dan el Gatorade, se adelantan unos metros, y vuelven a parar. Efectivamente estábamos en el kilómetro 20, los metros que se adelantaron apenas me alcanzaron para terminar de tomar y otra vez ya tenía un gel y agua en la mano. Opté por una solución de compromiso entre lo que me molestaba cargarlos un par de kilómetros más y el tiempo que necesitaba mi estómago para terminar de pasar todo tan junto. igual lo tomé, ya a esa altura lo necesitaba.
Empecé a preocuparme porque el ritmo cómodo que traía ya no lo era, mi respiración se estaba acelerando sin aparante causa y todavía faltaba mucho. Entre todas esas sensaciones me venía a la mente constantemente algo que era infalible para erradicar los malos pensamientos: la llegada del Loco y la imagen de Javier esperando ese pase que el año pasado no le pude dar, ambas cosas eran más fuertes que mis propios deseos para la carrera y creanmé que motivan mucho más que cualquier objetivo individual. Mientras todo eso pasaba por mi mente, divisé un mojón de la ruta y decidí mirar el reloj para controlar un kilómetro, pero sólo uno. me dio 5:05. La subida era constante y la dureza del valle se empezaba a sentir pero sabía que tenía algo de margen, igual decidí mantener ése ritmo, me parecía el lógico se quería terminar dando todo sin caerme demasiado.
A partir de aquí me olvidé completamente del reloj y todos mis esfuerzos se vieron dedicados a mantener el ritmo, otra cosa no podía hacer ya me había dado cuenta que la altura no es joda y que venía respirando mucho más fuerte de lo que un Maratón permite a un paso que debería ser relativamente cómodo para mis condiciones. Pero no me di por vencido, era el momento de sufrir. En algún momento de por aquí descargué sin parar algo de todo el líquido que venía tomando.
En el kilómetro 30 pasé tan agitado por el puesto que para tomar lo que había dejado tuve que caminar unos metros y regularizar mi respiración, lo hice rápido y lo más corto que pude. Al empezar a correr de nuevo sentía que por un momento iba mejor y que el quiebre me había servido. A partir de ahí los puestos estarían cada tres, no quería caminarlos porque ya temía el ataque del sanjuanino, además tenía metido en la cabeza que alguien que quiere ganar no puede andar caminando en los puestos. Miré el reloj después de mucho tiempo y me decía algo alentador: 2.30. Inmediatamente pensé, tengo que llegar abajo de las 3.30 (sabía que tenía una bajada de un par de kilómetros al final).
La carrera seguía subiendo hacia la Cordillera, cosa que nunca había parado de hacer, y cada tanto en alguna curva subía aún más empinada, a esta altura todo costaba y mucho, los puestos no llegaban más.
En el 33 volví a caminar un poco para tomar, los auxiliares me alentaban con muchas ganas, como durante toda la carrera, unos fenómenos como se bancan todo el Cruce sin parar. Enseguida seguí corriendo con renovadas fuerzas y el reloj me dijo: 2.45. En ése momento pensé: si los puestos están bien parece que voy a poder mantener el ritmo sub-3:30.
Otra eternidad hasta llegar al puesto del 36 pero me sentía vivo, vivo de saber que faltaba muy poco para llegar. El fantasma de que alguien (no sólo el sanjuanino) me alcance era cada vez mayor pero a esa altura me sentía fuerte para aguantar cualquier ataque. Para atrás no veía a nadie, pero no me iba a perdonar nunca las caminatas si alguien me alcanzaba.
En este preciso momento, pareciera que alguien apagó el aire acondicionado, de golpe empecé a tener mucho calor, debía ser alguna nube que se corrió pensaba yo. Unos gendarmes a modo de aliento en el puesto anterior me habían dicho: "Vamos que ya viene la bajada", pero la bajada nunca llegaba, es más yo ya veía el corte en la montaña de lo que sería la bajada y faltaba mucho.
Venía tratando de decidir si pasar de largo el último puesto (Km 39) o usarlo, sabía que si lo usaba tenía que caminar y ya no quería. Al final cuando llegué, me costó tanto que agarré el Gatorade, después de los 5 que me había tomado y de los 3 geles, no pude pasar ni una gota, mi estómago dijo basta, por suerte previéndolo había agarrado agua y tomé un sorbito rápido y seguí. Ah, mi reloj seguía dándome ánimo: 2.59.
Supuestamente en algo así como 500m empezaba la bajada violenta hacia la llegada, pero ése tramo se me hizo interminable, la bajada se veía pero nunca se acercaba, la Cordillera estaba ahí, ahí mismo pero parecía que se movía al mismo ritmo que yo y en la misma dirección. Para colmo ya sentía que no iba a tener fuerzas para aprovechar el impulso de la gravedad, demasiado había gastado luchando contra ella. Además, ¿de dónde iba a sacar aire si a algo más de 5 min/km venía agitado?
Por fin, estoy en la curva que da comienzo al zig zag en bajada que me lleva a la meta, la Cordillera ahora está a mi lado ya no más allá lejos. Decido lanzarme y que sea lo que mis piernas y pulmones me permitan.
Apenas doblo alcanzo a ver el lugar con la gente esperando a que llegue, parecía muy lejos, pero enseguida el ritmo infernal que me impuso la bajada me liberó de pensamientos y miradas calculadoras.
Fueron n kilómetros realmente desesperantes, mis piernas debían moverse mucho más rápido de lo que podían y soportar un impacto que a ésa altura era mortal y mis pulmones ya no sabían de dónde sacar más aire para mantener el ritmo, tampoco tenía fuerzas para frenarme.
En los continuos zigzagueos cada tanto se veía cada vez más claro el lugar de llegada, comenzó a invadirme una emoción inxplicable en cuanto comencé a darme cuenta de lo que estaba logrando, de que estaba ganando mi etapa y que por fin iba a poder saludar a Javi y también a Marcelo, mi entrenador. Ya nada podía arruinar el momento ni siquiera el reloj.
El arco no estaba ni tampoco había lazo que cortar, pero ése día yo me sentí más ganador que nunca, saludé a Javi y a Marcelo deseándoles lo mejor para su etapa e inmediatamente después Darío y Agustín me contuvieron en un abrazo de esos que nunca se olvidan. También recibí los saludos de la gente de la organización, de la familia de Juan, de Pablo (Línea) y de Pablo y Noel del Palermo Team, muy agradecido con todos.
Extrañé al resto de mis compañeros que ya habían corrido y a Chaco, que venían en el colectivo siguiendo la carrera pero que no llegaron a tiempo para ése momento, pero no importa, los abrazos con cada uno llegarían a su debido momento.
Mi tiempo final 3.34.05. Y yo que quería hacer el récord! Para mis condiciones actuales, imposible, siento que hice todo bien, antes y durante la carrera, y, como mucho haciendo todo perfecto, le hubiera limado 3/4 minutos a mi tiempo. Pero al momento de analizar la carrera no puedo estar más feliz por lo realizado, sé que di todo y además que todo eso que di lo hice rendir, porque se puede dar todo haciendo mal las cosas. Algún día volveré en busca del récord, no lo veo inalcanzable.
.:. El Después, El Durante y El Antes para otros .:.
Terminé realmente exhausto y agitado, con algunos dolores extraños, por ejemplo en los hombros y también en garganta y pecho cuando respiraba. De hecho, pasó mucho tiempo hasta que pude regularizar mi respiración a algo normal. De tanto que tomé y comí en carrera no podía probar bocado, sentía la sensación de hambre pero ni las más mínimas ganas de masticar, tragar y menos de que algo llegue al estómago.
Luego apareció Chaco con mis cosas que había rescatado del colectivo que nunca llegó y la organización me ofreció llevarme a Arrequintín para que pueda bañarme y descansar hasta que termine la etapa. Mientras tanto seguíamos esperando a Juan, y cada vez me sorprendía más de que no venga, empezaba a pensar que todo lo que sufrí hacia el final lo debían estar sufriendo los demás y que mis miedos de que me alcanzaran porque caminaba no tenían lógica. Finalmente lo vemos venir a Juan que se encuentra con su familia que lo esperaba y sus amigos, nos saludamos, charlamos de lo duro de la etapa, nos sacamos algunas fotos y partimos para Arrequintín, tenía muchas ganas de ir porque sabía que me iba a encontrar con más amigos.
Una gratísima sorpresa me llevé cuando al llegar a Arrequintín recibí una calurosa ovación y recibimiento de parte de todo el Palermo Team, en ese momento no atiné a decir mucho pero les agradezco a todos el gesto de reconocimiento, son las pequeñas cosas que emocionan y se graban. También fundimos abrazos con amigos como Marcela, KP y Kp Junior que se estaba yendo para sus lugares de largada, una alegría enconrtarlos en ése momento también.
De a poquito fui volviendo a ser una persona y pude picar algunas cositas y tomarme unso mates con las familias Soto y Leguizamón. También caminé unos 10 minutitos para ver si aflojaban algunos dolores. En el momento en que finalmente me decidí por una siestita (eran las 17, había terminado de correr 12.30) llegó Riveros avisando que había llegado el colectivo que nos llevaba a La Serena y a Juntas del Toro a los que corrían.
Como no podía ser de otra manera, el viaje se complicó, fueron muchas horas, pasando por la altura, el colectivo se rompió y demás, pero los que viajábamos en él le poníamos la mejor onda. Los que habíamos corrido desbordábamos de alegría y contábamos detalles de todo tipo y los que estaban por correr ya no daban más de ansiedad, tratar de calmar todas las dudas que surgen antes de enfrentarse a algo así.
También compartimos la comida y bebida, que a esa altura ya era escasa. Pero los mates solucionaban todos los males. Como siempre los paisajes de lo más alto de la Cordillera no dejan de sorprender y hacer sentir la inmensidad y lo chiquitos que somos en el mundo, además la belleza en su estado natural es increíble.
.:. Juntas del Toro .:.
Pasadas las 00.00 horas llegamos a Juntas del Toro, que alegría encontrarse con más amigos, de mi equipo y de los otros también. Luis, Maxi, Guille, Charly, Pablo, etc. Enseguida quisimos probar la mesa de ping pong con el jefe, pero primero teníamos que hacer los trámites para seguir. Los que seguíamos, porque había varios que se instalarían allí para esperar su momento.
Aquí viene una parte digna de una película protagonizada por Ben Stiller. A 20 metros exactos de salir de carabineros el colectivo pincha una rueda, no lo podíamos creer, de tantas cosas que ya nos habían pasado nos tentamos mal, lo que viene después a partir de un bolso que no era de nadie, lo dejo para que lo cuente el protagonista por si se lo quiere reservar.
Mientras arreglaban el colectivo ahora sí nos fugamos y tomamos control de la mesa de ping pong mientras otros pasajeros eran invitados con la cena que muy amablemente prepararon los chicos que ya vivían ahí. Ningún comentario haré de los partidos subsiguientes, sólo que Maxi perdió la oportunidad de permanencia en el equipo en un mano a mano. El nivel local, pobre.
El viaje seguía y había mucho por recorrer, ya era de noche y todos querían llegar de una vez. no sin antes perderse en Rivadavia y en la entrada y salida de algún otro pueblito, parecía una comedia trágica.
.:. La Serena .:.
Finalmente a las 5 de la mañana del Domingo llegamos a La Serena! Pero... nadie despierto esperándonos en el Albergue del Gabriela Mistral. Después de probar de todo nos abrieron y nos ubicaron en las piezas. Una nueva alegría! Nos encontramos con los últimos relevos de los equipos. Todo el mundo ávido de noticias de como le había ido a cada uno. Matías, Sara, Betty, El Comandante, Ricky, todos vieron perturbado su sueño por nuestra llegada.
Los Platini, empezábamos a caer que teníamos chances de peliar el primer puesto a los sanjuaninos, antes de llegar el sueño estaba pero parecía complicado. Teníamos que mantenernos a tiro en las etapas de arriba y buscar algún batacazo más. Nadie tenía los números exactos pero sabíamos que estábamos cerca.
Mientras tanto había un tema que nos inquietaba sobremanera. Leo. Había llegado a La Serena en avión, le habían perdido el equipaje y además iba a irse por sus propios medios al lugar de largada sin saber bien la hora. Tuvo que ir a un shopping y comprarse todo para correr y así partió en micro a Rivadavia.
Fue una verdadera odisea para él, que demostró lo que podía hacer por el equipo. Llegó a Rivadavia cerca de la medianoche, pensando en que largaría 3/4 de la mañana. No consiguió donde dormir, comió papas fritas de un carrito de la calle. Terminó en un kiosco hasta que cerró y durmió tapado con una remera bajo la copa de un árbol en lo que pensaba que era su largada.
La carrera venía atrasada, asi que su espera se alargó, cada ruido de auto que sentía se levantaba esperando que sea alguien de la organización, pero nada. Finalmente 6 de la mañana llega el organizador sabiendo que lo podía encontrar por ahí y lo ayuda a taparse.
Leo ganó su etapa con toda la garra y con una calentura bárbara por todo lo que le pasó en la previa, él no escribe en el foro pero me pidió que le transmitiera su profundo agradecimiento a todos los que se preocuparon por su situación y lo ayudaron, tanto de Mix Urbano como del palermo Team, asi como los Platini que se bancaron su bronca.
Al rato que habíamos llegado a La Serena, llegan los que habían corrido la etapa 8. Qué alegría! Darío había ganado su etapa contra todos, o casi todos los pronósticos. Había sido muy pareja y muy dura también. Las emociones constantes no permitían al cuerpo tener sueño y enseguida salimos a dar vueltas por La Serena. Darío un luchador incansable, perserverante y disciplinado, no se merecía menos que lo que logró y que venía esperando y preparando hace un año y medio.
Nos pudimos comunicar por fin con Chaco, y nos enteramos que Luisito puso al frente de la general al equipo. No lo podíamos creer, sabíamos que si todo transcurría normal estábamos para ganar.
Estuvimos toda la mañana dando vueltas por La Serena hasta que cerca del mediodía en lo que sería le llegada nos encontramos con todos los equipos, compartimos comida, bebidas y mates a la espera de la última y definitoria etapa.
.:. La Llegada .:.
El primero en llegar es el chileno Tapia, apenas arriba de las 3 horas, pero en un ritmo que no parecía 4.16, probablemente había salido más fuerte y ya venía más tranquilo sin acecho.
Para sorpresa de muchos y con un paso firme y elegante, antes de las 3:10 de carrera, llegaba Verónica Etchegaray del Palermo Team, haciendo un tiempo muy por debajo de su mejor marca. Mis felicitaciones para ella, una de las actuaciones destacadas del cruce, sin duda.
La espera se concentraba ahora en ver que pasaba entre Viento Zonda y Platini, los primeros contaban con Tomás Sanchez, un corredor muy fuerte y rápido aunque no parecía suficiente para descontar la hora 43 minutos que habíamos acumulado de ventaja.
Ahí están! Ahí están! Vienen dos juntos. ¿Quiénes son? Sí, señores, Matías Luege y Tomás Sanchez están llegando juntos, claramente de común acuerdo. Platini Campeón ya es un hecho, la remeras verdes y blancas se empiezan a agitar, la emoción nos invade. Saludamos a Matí al ritmo de "Dale Campeón, dale campeón" y mientras da la vuelta al boulevard hacemos un "túnel" en la llegada para recibirlo.
No terminamos ni el primer festejo que nos sorprende Sarita llegando a toda velocidad delante del Comandante de Betty. Fue otra sorpresa gratísima verla llegar tan pronto, otra más que dejó atrás por varios minutos su mejor marca, el festejo ahí si fue completo.
El sueño del Cruce se iba cumplimiendo como siempre, pero ahora también, habíamos salido campeones. Una alegría enorme más que nada por los que necesitaban revancha, Germán por su abandono del año pasado, Darío por su lesión que no lo dejo correr y un premio al esfuerzo de todos y cada uno que hizo lo que estuvo a su alcance para lo mejor del equipo. Una satisfacción indescriptible.
De ahí en más todo fue alegría, todo festejo, incluso compartido vía telefónica con los que se habían quedado aquí espectantes. Me saco el sombrero ante la actitud y buena onda de los demás equipos que compitieron sanamente (leáse: me saco el sombrero ante los que compitieron sanamente) y estoy seguro disfrutaron tanto o más que nosotros.
El viaje de vuelta fue largo y cansador, pero un derroche de euforia y de revivir tantos momentos inolvidables. Gracias de corazón a todos y cada uno de los que hicieron de este cruce una experiencia inigualable y nos vemos el año que viene de nuevo, no sin antes juntarnos a compartir recuerdos de lo que pasó.
Invito a los chicos/as del Palermo Team a que se registren y hagan sus crónicas seguramente enriquecedoras.
Pensar que fue sólo una semana, pero tan intensa y llena de momentos que no alcanzan todas éstas líneas para describir lo que se vive, ojalá los que no fueron nunca se hagan un lugar para hacerlo, ninguna comparartiva previa de circuito, organización, costo, etc puede arrojar un no a tamaña aventura.
Gracias por tomarse el tiempo de leer.
Un abrazo grande para todos.
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