jueves, 6 de marzo de 2008

Palabras de Luis

.: Previa

Este sería mi segundo Cruce. A fines de 2007 intenté hacer las cosas bien para llegar entero a la maratón. Problemas de salud me mantuvieron al margen de cualquier entreno y a dieta durante aprox.10 días en Diciembre, previo a las fiestas. Aproveché para mejorar mi físico y fui a una nutricionista, con la cual tuve excelentes resultados. Si bien no pude hacer una preparación específica para el Cruce, al menos cumplí con varios de los fondos de 2X km, trabajos de calidad en cuestas (dos veces en los puentes de Zárate) y el ineludible fondo de 30 km. Mi último entrenamiento de cara al Cruce fue el sábado 16 de Febrero. Días antes de la partida a San Juan –específicamente el domingo 17- estuve con fiebre y dolor en el pecho al respirar; un día después me diagnosticaban bronquitis. En la estadía en San Juan y Chile, me fui recuperando entre antibióticos y buen ánimo. Para el viernes 22 ya había abandonado los medicamentos. Lo raro fue estar en la línea de largada, después de casi 180 hs. sin siquiera trotar. No sabía cómo podía responder el cuerpo. Temía debilidad, prematuros calambres, contracturas, falta de aire, etc.; pero ya estaba jugado y a minutos de largar. Estuvimos la noche del jueves en Arrequintín y el viernes salimos para Juntas del Toro, en el puesto de Carabineros –aduana chilena-. La noche del sábado/domingo, antes de salir para nuestra largada, sabía que tenían que trasladarnos aprox. 15/17 km. montaña adentro, como regresando para Argentina. Ya en viaje hasta la largada, uno no deja de sorprenderse de lo interminables que se hacen las distancias por camino de ripio en la montaña, incluso para los vehículos -ni hablar para correr una maratón-. Estábamos en la largada preparándonos, como hacía bastante frío me metí en la camioneta de los delegados y me quedé hablando con Chaco -nuestro delegado de lujo-. En un momento se escuchan gritos al estilo “ahí vienen...”; salí de la camioneta y después de unos segundos de espera interminable apareció Darío, desde la oscuridad, como una locomotora que se lleva todo puesto cruzó victorioso la meta con los brazos en alto y un grito contenido de revancha por haberse retrasado un año su debut. Luego nos cruzamos en un glorioso abrazo y con toda la alegría del alma emprendí mi solitaria parte del viaje.

.: Estrategia

Antes de largar, sólo conocía a uno de mis contrincantes, Pablo –Pablofer-, viejo compañero de entrenamiento en el team del Indio y de encuentros kilometreros. Otros dos, horas antes de largar. Un joven chileno de 18 años que debutaba en maratón y ante nuestra consulta esa tarde, nos comentó que tenía 1h20’ en media –y se notaba que en el equipo de La Serena le tenían fe-. Otro, el corredor de Palermo Team -que conocí unas horas antes- con el que pudimos cruzar algunas palabras en la ansiada espera. Luego el destino le tendría reservado un papel protagonista, como principal rival en la etapa y en el podio. No conocí al corredor sanjuanino, creo que –como era costumbre- llegó sobre la hora a la largada, con movilidad provista por su equipo, Viento Zonda. Preparé 4 botellitas hasta la mitad con Gatorade de uva para los kms 10, 20, 30 y 39. En los demás, kms. 5, 15, 25, 33 y 36 tomaría agua de la organización y, en 3 de estos puestos, Push Gel -en los kms. 15, 25 y 36-. Mi estrategia era clara, salir a hacer mi carrera, dejarlo ir al chileno y tratar de tirar como 2do. ya que existían dos motivos para hacerlo. Primero, podía darse que hayan hecho bien en tenerle fe a su debutante corredor y saber que, con sus tiempos, podía salir a ganar la carrera desde el inicio. Segundo, podía darse que, no conociendo el debutante la distancia, pinchara después del 30km. Aposté a esto último y, aunque nunca ocurrió, me sirvió para buscar hasta el final.

.: Crónica de mi maratón

La noche estaba espectacular, aunque estaba bastante fresco –corrí con dos remera y una campera rompevientos abrigada, temiendo espasmos en la zona abdominal-, la luna llena iluminaba todo alrededor, el reloj marcaba las 2.58 AM. a 2.780 msnm. El camino de ripio estaba difícil, costaba seguir la huella de los vehículos para ir más parejo. Luego me di cuenta que uno pierde mucha concentración y tiempo enfocándose en el camino, pero no queda otra si no querés terminar con un tobillo roto o cayendo por el ripio. De entrada el corredor chileno salió rápido, especuló un poco viendo si le seguía el paso, de hecho, paró a orinar ni bien largamos -como para que lo alcance-, aproveché, me paré 10 mts. atrás y lo seguí en la necesidad. Entonces arrancó otra vez y de a poco se fue, hasta que –entre oscuridad y curvas- lo perdí. Tuve que hacer mi carrera, y así fue. Pasaban los kilómetros y, entre sombras y sonidos, sabía que el corredor de Palermo Team (PT) me seguía, 50 mts. atrás aproximadamente. Pasé el avituallamiento del puesto del 15 km. y, minutos más tarde, crucé la aduana chilena para internarme en un camino encajonado por las montañas, un lugar increíble, acompañado de un paisaje sin igual; con una luna llena que invitó esa noche a todas las estrellas y el fervoroso sonido del río que me alentó durante casi toda la carrera. Allí comenzaron los problemas, pasaba el tiempo -y los kilómetros- y nunca apareció el puesto de hidratación del 20km. Me temía lo peor, ya que tengo historial de flaqueza a nivel energético - si no estoy bien hidratado y con carga de glucosa, me suelo pinchar- y todo se torna durísimo hasta el final. Me empecé a descompensar, me sentía muy débil y comenzaba a marearme. En un momento crítico, había pasado aprox. 1 hora desde mi última hidratación –con agua- en el 15km. Entonces, sin aflojar y antes de desesperarme más, decidí que iba a cambiar la estrategia y no esperé llegar al puesto del 25km. –que quizás no existía o se estiraba aún más- para tomarme, de a poco, el segundo gel –esta vez “en seco”-; no quedaba otra. Una particularidad del terreno –depresiones alargadas, finas y oscuras que reflejaban luz en vetas estiradas- me hizo confundir reiteradas veces el reflejo de la luna con luces de camionetas de la organización que venían desde atrás. Entonces giraba y veía más atrás al corredor de PT. No aflojaba, se mantendría próximo a mí hasta el 33 km. Allá por lo que habrá sido el 23/24km. pasó Riveros con la camioneta de la organización y haciéndole señas logré que reduzcan la velocidad y escuchen –mientras seguía corriendo- mis quejas. Le pregunté sobre el puesto del 20km., le dije que se lo habían salteado, me dijo “no, no puede ser, seguro vas por el 19km. aprox. ya viene el puesto del 20km.”, y se fue. Me dio mucha bronca que me mienta, sobre todo en un momento tan duro y en las condiciones en que se estaba desarrollando la carrera. Al final, unos kilómetros más adelante -en lo que calculo habrá sido el 26km.- improvisaron un puesto, sólo con agua –al menos yo pedí mi Gatorade del 20km y me dijeron “hubo problemas en la Aduana y no dejaron pasar a quienes traían las cosas”-. Mucha bronca, pero tenía que intentar concentrarme. El corredor de PT seguía atrás, como al principio. Luego de tanto traqueteo del terreno, comenzó a molestarme la rodilla derecha, del lado interno y se fue agravando hasta el final -como si fuese una tendinitis por una mala pisada, tanto que hasta el día después de la carrera estuve muy dolorido-. La bajada se comenzaba a sentir en los cuádriceps, sobre todo el vasto interno de mi pierna izquierda que lo sufrió mucho. Así y todo me sorprendí de la buena forma en que me acompañó el físico, a pesar de no haber hecho una buena preparación y del parate involuntario -de una semana- previo a la carrera. Allá por el 33km. comenzó el asfalto, el cambio fue durísimo ya que, si bien el ripio estaba difícil, me había acostumbrado al terreno y dentro de todo era blando; se puso duro, el terreno y el tramo final. En esa superficie se empezó a resentir todo, más la rodillas, más los cuádriceps y luego -sumando varias pendientes cuesta arriba- sufrí calambres en ambos gemelos, pero en todo momento me enfoqué en no resignar ni un segundo y tratar de alejarme tanto como fuera posible de los rivales que venían detrás de mí. Así fue, ni bien toqué el asfalto empecé a acelerar, estaba como enfurecido por terminar; estuve toda la carrera muy agitado, pero en los últimos 10kms. mucho más, estaba totalmente transpirado dentro de la campera, pero al menos me mantenía aislado del exterior. En un momento osé mirar para atrás y ya no lo ví al corredor de PT. Me puse contento, pero nadie me aseguraba nada, tenía calambres constantes en cada subida. Los últimos kilómetros se hicieron más que interminables, luego del paso del puesto del 39km. se hizo muy difícil, la meta no llegaba y venía con un desgaste importante, agitado como en un sprint desde hacía casi 10km. Pero al fin llegó, vi las luces tan ansiadas de las camionetas en la meta. Curva final, gritos de euforia y pude cumplir con mi parte en la hazaña Platini. Muy feliz, aunque el tiempo me engañaba al ver el reloj. Más allá de las dificultades del terreno, soy capaz de jurar que esa etapa tiene más kilómetros. Pero bueno, ya lo elevaré para que lo tengan en cuenta para próximas ediciones. Al final el corredor chileno hizo un carrerón, a pesar de correr solo, sin rival a la vista. En mi caso pude alejarme bastante del corredor de PT en pocos kilómetros. Como este último me diría minutos después de arribar a la meta “hasta el 33km venía 50 mts. atrás tuyo”. O sea, en poco más de 9kms. logré una diferencia de casi 11 min., realmente siento que valió la pena el esfuerzo. Más feliz cuando me enteré que el corredor sanjuanino venía último y todavía tenía para largo; la balanza se inclinó a favor nuestro. Así completé mi 5ta. Maratón, incluyendo 2 Cruces –en ambos pude repetir, felizmente, el segundo puesto de la posta-.

.: Como siempre, el Cruce es una Fiesta

Es impresionante la camaradería, buena onda y lo bien que uno la pasa en el Cruce, sea del equipo que sea, gane o pierda; al menos eso nos pasó a nosotros los Platini –antes los Taranto, en fin, los pibes de siempre-, que vivimos una experiencia espectacular tanto el año pasado –aún sin haber clasificado- como en esta ocasión que tuvimos la gracia de tocar el cielo con las manos y alzarnos en lo más alto del podio de esta histórica y particular competencia que lleva ya 17 años realizándose con la misma mística y que, a pesar de los problemas de organización que persisten en el tiempo, sigue enamorando a maratonistas y aventureros corredores por la particularidad de tener el monopolio de una competencia única a nivel mundial.

.: Agradecimientos y propuesta para el 2009

Debo agradecer a todos los corredores, organizadores, auxiliares, acompañantes y demás personas que me brindaron su apoyo, buena onda y solidaridad cuando la situación lo requirió. Quiero hacer una mención especial para todos mis amigos del equipo Platini, nuestras parejas, familiares y amigos que nos ayudaron en una Cruzada Solidaria que iniciamos unos meses atrás con vistas a nuestra participación en el Cruce. Entre todos juntamos alrededor de 15 bolsas de consorcio grandes, llenas de ropa y zapatillas destinadas a las familias de Iglesia, aisladas y azotadas durante semanas por las lluvias que cayeron en la precordillera sanjuanina. Muchas gracias a Antonio Pozo de Autotransportes San Juan por su predisposición y cordial gestión para ayudarnos con el envío de la ropa desde Buenos Aires a San Juan, como así también a la gente del Club Andino Mercedario por el traslado final de las bolsas hasta Iglesias y haber realizado los últimos contactos en el lugar de donación. Si me permiten, aprovecho la ocasión para invitarlos a sumarse el próximo año, para el Cruce 2009, a una nueva Cruzada Solidaria, que sea el punto de partida para una movida que se realice todos los años -cada vez mejorar organizada- y sea un nexo para todos los equipos participantes en la previa del Cruce. Agradezco a los amigos Platini que no pudieron venir con nosotros, se quedaron en Buenos Aires y nos siguieron minuto a minuto, el triunfo es de ustedes también, sin duda alguna. Muchas gracias a todos los que me bancan y bancaron siempre. Agradezco sus palabras de aliento, felicitaciones y halagos que, aunque no siempre sean merecidos, me hacen muy feliz. Felicito a todos por haberse animado a este hermoso desafío. Ahora, a contagiar y repetir.

Hasta la próxima.

Luis

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es cierto, otra vez segundo...
Doble fracaso!
Luiggi, sos un fenemeno.
Gran abrazo.
Andres

Luis A. Borja López dijo...

Gracias Capitán !!!